Es normal que haya días en los que estés de bajón, en los que te pongas a estudiar y sientas como que se te pasan las horas delante de los libros/manuales y no te cundan, ese es el momento en que debes hacer un parón en el estudio, sal, haz deporte, escucha música y plantéate porque decidiste empezar a estudiar.
Seguro que el primer día tenías motivación a raudales, no olvides ese primer día en que dijiste “¡ Quiero ser residente!”, siempre que tengas un bajón recuérdalo; es más, es aconsejable que te hagas una lista con las razones que te llevaron a empezar esta aventura, y de vez en cuando la leas y añadas más razones; será una gran lista que te acompañará durante la preparación y estaría genial que la tuvieras a mano.
No hay mayor motivación que la que tú te puedes dar a ti mismo, tu plaza es para ti, solo para ti, es algo tuyo; puedes compartir la alegría de conseguirla; pero tu plaza es tuya; luego la motivación, el motor a conseguirla debe ser tuyo. Tú eres la única persona que sabe realmente el esfuerzo que haces, ya sea económico, mental, social o familiar, tu eres quien domina tu vida y quien realmente sabe el porqué de estar leyendo ahora mismo esta entrada; nadie mejor que tú para quitarte las ideas tontas de la cabeza, y sacar tus miedos fuera, y así de esta manera poder volver a centrarte en los papeles que cubren tu mesa de estudio hoy, nadie mejor que tú, te conoce y sabe dónde están esos límites que, quizás en un momento de cabezonería todos intentamos traspasar.
Venirse abajo, es lo más normal, entra dentro de lo que es prepararse una oposición o el E.I.R, así como las enfermedades, los problemas con tu pareja si la tienes, problemas familiares o algún otro inconveniente del día a día, que el estrés seguramente haga que se magnifique cuando no tenga tanta importancia.
La presión está ahí, latente, vigente, constante, siempre habrá alguien que dude de ti, de tu capacidad para superar este examen, que no entienda que estudies tanto para trabajar dos años, que dude de tu estabilidad mental cuando llores por tus netas o tu percentil, y siempre habrá alguien en tu vida que no tenga ni idea de lo que estas estudiando. Siempre habrá alguien, en definitiva, que no tenga la palabra adecuada en el momento de bajón, pero tú y solo tú eres quien debe ser fuerte en esta aventura, ser una roca, meterte en una burbuja y obviar todo lo anteriormente descrito, centrarte en estudiar, compartir los logros del camino con los que sí creen en ti, (seguro que alguien lo hace), y luchar por tus sueños, ya sean el E.I.R o cualquier cosa que te propongas en la vida.
Si ves que el bajón es mayor de lo normal, que la preparación E.I.R te supera, te invitamos a que pruebes la consulta de un psicólogo, deportistas de élite; ante la presión de ser los números uno en su campo, han recurrido a estos profesionales, que no te de vergüenza puesto que no serías la primera persona que no aguanta la presión y acude a un profesional, quizás sea el bastón que necesites para apoyarte, donde encuentres la motivación que te falta y te enseñe a manejar el estrés.
Ahora es el momento en el que has de ser como una hormiguita y trabajar por tu futuro, ¡y más aún si ese futuro soñado, es en lo que quieres trabajar de por vida!
Seguro que en algunos momentos de estos meses te sentirás insignificante, puede hasta que dudes de qué te llevo a iniciar esta aventura; es normal, te estás preparando una oposición en la que si las cosas no cambian tienes que ser el mejor entre muchas personas.
Es el momento de acabar con estos pensamientos, ya te hemos dicho que todo está en tu mente, y los pensamientos negativos también. Eliminar este tipo de pensamientos no es tan complicado, es un ejercicio mental que se puede trabajar, no te agobies puesto que el número de personas que se presentan al examen es un factor extrínseco que no puedes controlar, hacer lo imposible por sacar tu plaza si es un factor intrínseco que sí puedes controlar.
Nada ni nadie debería hacerte dudar de ti mism@, recuerda que puedes ser tan grande como quieras ser, nadie te puede hacer olvidar el impulso que te llevo a empezar esta aventura, es tu aventura, nadie tiene derecho a opinar sobre ella, si a aconsejar y siempre que sean consejos desde el cariño, estas opositando, tienes los sentimientos a flor de piel, cuando alguien te trate mal, evítalo, a las personas competitivas, evítalas, se fuerte, no dejes que nadie frene tus alas, o te quite el impulso que te hizo empezar. ¡Esfuérzate!
Te has marcado un objetivo, lucha por él y no olvides el día que decidiste comenzar esta aventura.
¡Mucho ánimo! Demuestra lo grande que puedes llegar a ser si te lo propones.